Las mascotas son
parte fundamental en la vida de muchas personas. Además de brindarnos compañía,
afecto, cariño y lealtad, se convierten en un valioso integrante de nuestras familias.
Estudios recientes, han
demostrado que pueden hacernos sentir la vida más llevadera y ser seres humanos
más responsables, sanos y felices. Así también, ha quedado claro que las
mascotas ayudan al ser humano a aumentar su salud física y contribuyen en el
tratamiento de problemas mentales, de conducta y a alargar nuestra esperanza
de vida.
Entre los problemas
emocionales en los que los animales de compañía pueden ayudar a las
personas, están los estados depresivos, los traumas y en los procesos de duelo
(fallecimiento de familiares o amigos y en problemas de separación de la
pareja). Lo anterior, no excluye el apoyo social que es muy necesario.
Existen lugares especializados
donde se realizan zooterapias (terapia asistida por animales), donde el
objetivo consiste en facilitar el contacto humano con el animal, y mejorar la estabilidad
emocional en aquellos pacientes que han mermado o perdido la motivación frente
a la vida, causado por diferentes motivos como enfermedades crónicas o
terminales, trastornos permanentes o dolores físicos y/o emocionales.
Es un auxiliar
también en problemas de atención y aprendizaje, control de la ira y el miedo bajo
determinadas circunstancias. Se utilizan actividades tales como juegos, actividades
recreativas y divertidas donde se enseña, especialmente a los niños, a cambiar las
actitudes negativas por otras positivas.
Entre los beneficios que aporta el contacto
con animales están: favorecer la recuperación de estados depresivos, ayudar a
modular la ansiedad o ayudar a la recuperación de enfermedades físicas, dada la
estrecha relación entre el cuerpo, la mente y las emociones.
El contacto con los
animales induce sensaciones placenteras en la persona y la sensación de
tranquilidad. La interacción entre el animal y la persona, crea lazos afectivos
que ayudan en la recuperación de los procesos emocionales, favorecen el
contacto social y aumenta el interés por el entorno, ayudan a romper la falta
de comunicación, aumentan la autoestima y disminuyen los sentimientos de
soledad.
Los estudios
realizados sobre la terapia con animales constatan cambios en el sistema
inmunológico y en la generación de sustancias moduladoras del sueño y de
procesos dolorosos.
Estudios más actuales
indican que interactuar con los animales ayuda reduciendo la evolución del
deterioro cognitivo, disminuye la agresividad y la agitación, reduce los
efectos de la hiperactividad y los trastornos del humor, o disminuye el impacto
del estrés de la vida diaria.[1].
El contacto cotidiano
con los animales de compañía, son un excelente auxiliar de cualquier terapia
psicológica realizada por un profesional.
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