La depresión por sí misma no es una enfermedad
terminal, no mata. Pero puede conducir hacia la muerte cuando, en casos graves,
se piensa en el suicidio como una solución.
La
depresión es una enfermedad que puede afectar a cualquier ser humano. Afecta a
adolescentes y adultos; a personas de todos los colores, razas, posición
económica y edad; sin embargo, pareciera afectar a más mujeres que hombres
durante la adolescencia y la edad adulta. Se caracteriza por un cambio en el
estado de ánimo, en el comportamiento o en la forma de pensar, puede llegar a
perjudicar las funciones mentales y físicas de quien la padece.
Pero
no lo confundamos con la tristeza, porque ésta es
un estado de ánimo que podríamos llamar “normal”. El sentimiento de tristeza,
usualmente tiene una duración breve, en cambio un estado depresivo es aquel que
dura más de dos semanas.
Una
persona de quien no mencionaremos su nombre, publicó este mensaje en internet:
“Soy
una persona muy inteligente, con muchas bendiciones y me apena sentir como me
siento, saber que no me escuchan en mi familia me provoca arrancarme el
corazón, y esto me apena. Aún más a pesar que soy maestra y se supone debo
mostrar lo bonita que es la vida. Tal vez sean también las pérdidas de 2
miembros de mi familia, pero esta depresión ya me lleva años, desde que era
niña y viví cosas que me robaron mi inocencia…”
La
depresión puede presentarse por distintas causas; el principal motivo es la pérdida
de algo o de alguien: pérdida del trabajo, bienes, perder a un ser querido, a
la pareja, la salud, problemas familiares, soledad, estrés cotidiano, o
simplemente por pérdida del interés en lo que antes nos agradaba. Cuando se
pierde la salud en casos de enfermedades terminales, conduce a algunas personas
a estados depresivos en donde se convencen de que la muerte es la mejor
solución, y que el mundo estaría mejor sin ellos.
La
depresión se manifiesta generalmente como una tristeza profunda y persistente,
se llora con facilidad con o sin motivo definido, aislamiento, falta de
concentración, trastornos del sueño, inestabilidad emocional, trastornos en la
alimentación, agitación e ideas de suicidio. La depresión, incluso, puede
alcanzar a dañar la estabilidad emocional de algunos niños. Las mujeres tienen
un mayor índice de prevalencia de esta enfermedad debido a problemas
hormonales, antes o después de la menstruación, durante el embarazo o después
del parto, y en la menopausia.
La
buena noticia es que sí tiene cura. El
tratamiento de la depresión y su efectividad, depende de la naturaleza y
severidad de la depresión de la que se trate. Actualmente existen tratamientos
muy eficaces para tratar la depresión. Por ello, es importante que la persona
que sospeche estar en un estado depresivo. Cuando aparezcan los primeros
síntomas, acuda a un especialista de la salud, con un psicólogo. Antes de que
la enfermedad la inmovilice.

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