La dependencia emocional se caracteriza por
una excesiva necesidad de cariño que, frecuentemente, se presenta en la
relación de pareja. Y la tendencia de quienes padecen de este problema, es a
establecer en su vida este tipo de comportamiento a largo plazo, una necesidad
de sentirse cuidado y el temor de ser abandonado o separado de la(s) persona(s)
importantes para ella. Se presenta con
mayor frecuencia en la mujer aunque también, en menor medida, en los hombres. Se
ofrecen aquí los síntomas más comunes de este problema:
Se aferran a la persona de la cual dependen
de manera obsesiva, buscando el contacto constante con su pareja, le
llaman o envían mensajes al móvil varias veces durante el día y le acosan constantemente.
Para la persona con dependencia emocional, los
amigos, las amigas y la familia dejan de existir. El único tema de conversación
posible es la pareja. Igual que sucede en otras adicciones, el objeto de su dependencia
ocupa el eje de su vida.
La ruptura amorosa no puede existir en la
mente de la dependiente emocional. Los malos tratos psicológicos o físicos no
son motivo suficiente para romper la relación. Ésta sólo puede terminarla el
compañero y, sin importar lo tóxica o nefasta que pudiera haber sido, la
dependiente emocional intentará una y otra vez reanudarla llegando hasta
extremos patológicos por el regreso de la persona amada. Idealiza y justifica
todas las acciones de su pareja, llegando a presentar una sintomatología
ansiosa y depresiva.
En promedio, sus parejas son varones con
tendencias narcisistas y/o egoístas, con gran seguridad en sí mismos y que se
desenvuelven bien con el entorno. A su vez, estos varones encuentran en este
tipo de mujeres, el complemento perfecto para satisfacer sus necesidades quienes
se someten negándose a sí mismas sus
propias preferencias, decisiones e intereses. Toda su vida lo ocupa la
pareja.
Las relaciones sentimentales entre este tipo
de parejas son desequilibradas y asimétricas. En caso de ruptura, corren de una
relación a otra lo antes posible pues les es difícil la vida sin una pareja. El
nuevo compañero ocupa el papel del anterior. No quieren a su pareja, la
necesitan, no soportan la soledad. Su autoestima es deficiente y coloca al compañero
como el centro de su universo.
Las personas con dependencia emocional suelen tener
una historia familiar carente de afecto. Suele presentar un patrón de
necesidades emocionales insatisfechas desde la niñez y baja autoestima. Se encuentra
en una búsqueda permanente del afecto que le fue negado, busca agradar a los
demás a cambio de cariño y aceptación. Por ello, los niños pequeños deben
sentirse importantes y crecer llenos de afecto por los padres, de otra manera, la
ausencia de cariño que se manifestara en su comportamiento emocional a lo largo
de su vida.
La persona con dependencia
emocional puede requerir de una terapia a largo plazo, donde pueda superar sus
carencias afectivas y reconstruir una autoestima que le permita adquirir el
respeto y la confianza en sí misma.
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