Durante el desarrollo de los niños se presenta,
eventualmente, algún “mal” comportamiento dentro de lo que podemos juzgar como
un comportamiento promedio o común socialmente aceptado. Sin embargo, cuando
este “mal” comportamiento se presenta con demasiada frecuencia, es importante
poder diferenciarlo del desarrollo normal del menor. Algunos de estos
comportamientos que llamaremos inadecuados, pueden deberse a problemas de
crianza, de aprendizaje, de influencias del entorno social o emocionales. Es
decir, los problemas de conducta de los niños pueden ser variados e, incluso,
presentar más de una conducta inadecuada. Por lo que es de gran importancia
poder definir y analizar cualquier comportamiento problemático, si fuera
necesario, con la ayuda de un profesional.
Veamos algunas conductas inadecuadas
que se pueden presentar en los infantes:
Las Conductas
agresivas y autoagresivas cuando se presentan con mucha frecuencia,
intensidad y duración ser atendidas lo más rápido posible para evitar poner en
riesgo la integridad de sus hijos o de otras personas.
Las Conductas
que interfieren en el aprendizaje no ponen en riesgo la vida del infante ni
la de los demás. Esto se presenta en actividades tales como no hacer la tarea, hacer
pataletas, negarse a cooperar en la escuela, etc.
Las Conductas
inadecuadas que no ponen en riesgo la vida del niño ni su proceso de
aprendizaje, son por ejemplo, las malas posturas, tics, movimientos de
manos, etc.
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Image courtesy of Clare Bloomfield at FreeDigitalPhotos.net |
Para enfrentar positivamente las conductas
inadecuadas de nuestros hijos, debemos afrontarlas como un reto, lo cual
implica un aprendizaje para tratar de ser mejores padres.
Todas las conductas inadecuadas, intentan
transmitir un mensaje, comunicar algo. Sin embargo, debido a diversos problemas,
los niños se ven limitados para expresarse de manera asertiva. Con frecuencia,
cuando logran transmitir el mensaje, expresan algún malestar de salud, la
necesidad de atención, problemas de frustraciones o ansiedades reprimidas.
Incluso, puede ser de aburrimiento.
Uno de los problemas que reflejan los niños
proviene de la atención que necesitan de los padres. Estos a su vez, desean ese
tiempo para ellos mismos y se comportan en forma poco constructiva
compartiéndolo quizá con otras personas (amigos, vecinos, etc.), a ver la
televisión, a realizar compras y, actualmente, a las redes sociales mediante el
uso del teléfono celular.
Como padres, si esperamos tener hijos conductual
y socialmente saludables tenemos que aprender a asumir una conducta adecuada de
la cual los niños puedan tomar ejemplos positivos. Si ya sabemos que las
conductas inadecuadas son socialmente inaceptables y que en casos extremos
pueden poner en riesgo la vida del menor ¿qué
debemos hacer para modificar dichas conductas? He aquí algunas
recomendaciones.
Regularmente, cuando observamos alguna conducta inadecuada
en el niño, o que no nos agrada, lo primero que hacemos es desaprobar la
conducta enfatizando el aspecto negativo, lo cual es incorrecto. Asumamos, en
cambio, un tono positivo. Cuando nos concentramos en lo positivo, estimulamos las
habilidades que poseen los niños dándoles mayores oportunidades de aprender conductas
positivas y a evitar las inadecuadas.
Debemos evitar el castigo emocional o físico, pues
ello puede acarrear problemas a futuro para los hijos y para la relación
parental.
Los problemas de comportamiento en los niños
pueden manifestarse de manera externa o interna. De manera externa o actuada se
refiere a lanzar objetos, gritar y/o decir obscenidades, agresiones físicas o
berrinches (pataletas). De manera interna en los que el niño puede rehusarse a
hablar, aislarse, deprimirse, etc. En ambos casos puede tratarse de un desorden
conductual, causados por sentimientos de frustración, escaso autocontrol,
experiencias del pasado o por causas biológicas.
Entre los
comportamientos problemáticos que se manifiestan con frecuencia de manera
externa se encuentran:
Comportamiento agresivo en donde el niño puede
golpear, empujar, morder, escupir, insultar, amedrentar, atormentar, etc.
Hostilidad a través del cual este tipo de niños
suelen provocar deliberadamente a otras personas. Con frecuencia esta actitud
la asumen para disfrazar sus molestias internas.
No conformidad. Estos niños se rehúsan a
obedecer instrucciones, reglas, ignoran o se alejan para no obedecer.
Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los
menores que poseen éste desorden tienen dificultad para mantener la atención
por determinado tiempo para realizar alguna tarea o actividad. Pueden ser
desorganizados, impulsivos, hiperactivos y con muy escasa capacidad para
enfocarse en actividades debido a un exceso de energía. Interrumpen
conversaciones constantemente exigiendo atención, en constante movimiento, son
impulsivos, hablan sin cesar y sentarse quietos les resulta una tarea muy
difícil de cumplir.
Entre los
comportamientos problemáticos que se manifiestan con frecuencia de manera
interna se encuentran:
Baja autoestima. Este aspecto no es fácil de
detectar en los niños, este sentimiento puede desarrollar sentimientos de
angustia, dolor, indecisión, desánimo, pereza, vergüenza, y otros malestares.
El mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo
del crecimiento de los niños.
Ansiedad. Este desorden puede ser causado por peligros o presiones reales o
imaginarios. Este tipo de comportamiento se presenta en los niños con un deseo
de mantenerse quieto y alejados, también pueden sentirse agitados o actuar
agresivamente. Suelen ser extremadamente sensibles al fracaso.
La depresión se puede manifestar con
sentimientos de dolor, pena, ansiedad, vacío existencial, desesperación,
pesimismo, culpabilidad, desprecio, impotencia, pérdida de interés en
pasatiempos y/o actividades agradables que previamente realizaba el niño. Puede
rehusarse a salir y encerrarse a solas, mostrar mal humor, negatividad
resentimiento y a victimizarse.
Probables
causas de los problemas de comportamiento
Los factores que pueden motivar los problemas de
comportamiento que hemos mencionado, puede tener orígenes muy diversos. Pueden
motivarse por problemas del entorno familiar o de la comunidad de la persona.
Los menores que conviven en hogares con violencia física o verbal, tienden a
desarrollar conductas inadecuadas. Así también tienen influencia los problemas
de pobreza, desnutrición, uso de alcohol y/o drogas, la convivencia con
compañeros o amigos que exhiben comportamientos inapropiados ponen al niño en riesgo
de desarrollar problemas de comportamiento. Ya hemos hablado también de los
factores biológicos como la ansiedad, depresión, el TDAH como precursores de
problemas de comportamiento.
Los problemas de comportamiento de los menores,
como se apunta líneas arriba, deben analizarse cuidadosamente y atenderlos
adecuadamente y oportunamente. Si el problema de comportamiento que presenta el menor escapa a
la comprensión de los padres, deberán asesorarse con un profesional. Resulta
especialmente importante una intervención temprana para identificar el problema
antes de que se desarrolle un trastorno de la conducta.
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