Salud y belleza

viernes, 24 de julio de 2015

Qué podemos hacer ante los problemas de comportamiento en los niños

Durante el desarrollo de los niños se presenta, eventualmente, algún “mal” comportamiento dentro de lo que podemos juzgar como un comportamiento promedio o común socialmente aceptado. Sin embargo, cuando este “mal” comportamiento se presenta con demasiada frecuencia, es importante poder diferenciarlo del desarrollo normal del menor. Algunos de estos comportamientos que llamaremos inadecuados, pueden deberse a problemas de crianza, de aprendizaje, de influencias del entorno social o emocionales. Es decir, los problemas de conducta de los niños pueden ser variados e, incluso, presentar más de una conducta inadecuada. Por lo que es de gran importancia poder definir y analizar cualquier comportamiento problemático, si fuera necesario, con la ayuda de un profesional.

Veamos algunas conductas inadecuadas que se pueden presentar en los infantes:
Las Conductas agresivas y autoagresivas cuando se presentan con mucha frecuencia, intensidad y duración ser atendidas lo más rápido posible para evitar poner en riesgo la integridad de sus hijos o de otras personas.
Las Conductas que interfieren en el aprendizaje no ponen en riesgo la vida del infante ni la de los demás. Esto se presenta en actividades tales como no hacer la tarea, hacer pataletas, negarse a cooperar en la escuela, etc.
Las Conductas inadecuadas que no ponen en riesgo la vida del niño ni su proceso de aprendizaje, son por ejemplo, las malas posturas, tics, movimientos de manos, etc.
Image courtesy of Clare Bloomfield at FreeDigitalPhotos.net

Para enfrentar positivamente las conductas inadecuadas de nuestros hijos, debemos afrontarlas como un reto, lo cual implica un aprendizaje para tratar de ser mejores padres.
Todas las conductas inadecuadas, intentan transmitir un mensaje, comunicar algo. Sin embargo, debido a diversos problemas, los niños se ven limitados para expresarse de manera asertiva. Con frecuencia, cuando logran transmitir el mensaje, expresan algún malestar de salud, la necesidad de atención, problemas de frustraciones o ansiedades reprimidas. Incluso, puede ser de aburrimiento.
Uno de los problemas que reflejan los niños proviene de la atención que necesitan de los padres. Estos a su vez, desean ese tiempo para ellos mismos y se comportan en forma poco constructiva compartiéndolo quizá con otras personas (amigos, vecinos, etc.), a ver la televisión, a realizar compras y, actualmente, a las redes sociales mediante el uso del teléfono celular.
Como padres, si esperamos tener hijos conductual y socialmente saludables tenemos que aprender a asumir una conducta adecuada de la cual los niños puedan tomar ejemplos positivos. Si ya sabemos que las conductas inadecuadas son socialmente inaceptables y que en casos extremos pueden poner en riesgo la vida del menor ¿qué debemos hacer para modificar dichas conductas? He aquí algunas recomendaciones.
Regularmente, cuando observamos alguna conducta inadecuada en el niño, o que no nos agrada, lo primero que hacemos es desaprobar la conducta enfatizando el aspecto negativo, lo cual es incorrecto. Asumamos, en cambio, un tono positivo. Cuando nos concentramos en lo positivo, estimulamos las habilidades que poseen los niños dándoles mayores oportunidades de aprender conductas positivas y a evitar las inadecuadas.
Debemos evitar el castigo emocional o físico, pues ello puede acarrear problemas a futuro para los hijos y para la relación parental.

Los problemas de comportamiento en los niños pueden manifestarse de manera externa o interna. De manera externa o actuada se refiere a lanzar objetos, gritar y/o decir obscenidades, agresiones físicas o berrinches (pataletas). De manera interna en los que el niño puede rehusarse a hablar, aislarse, deprimirse, etc. En ambos casos puede tratarse de un desorden conductual, causados por sentimientos de frustración, escaso autocontrol, experiencias del pasado o por causas biológicas.
Entre los comportamientos problemáticos que se manifiestan con frecuencia de manera externa se encuentran:
Comportamiento agresivo en donde el niño puede golpear, empujar, morder, escupir, insultar, amedrentar, atormentar, etc.
Hostilidad a través del cual este tipo de niños suelen provocar deliberadamente a otras personas. Con frecuencia esta actitud la asumen para disfrazar sus molestias internas.
No conformidad. Estos niños se rehúsan a obedecer instrucciones, reglas, ignoran o se alejan para no obedecer.
Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los menores que poseen éste desorden tienen dificultad para mantener la atención por determinado tiempo para realizar alguna tarea o actividad. Pueden ser desorganizados, impulsivos, hiperactivos y con muy escasa capacidad para enfocarse en actividades debido a un exceso de energía. Interrumpen conversaciones constantemente exigiendo atención, en constante movimiento, son impulsivos, hablan sin cesar y sentarse quietos les resulta una tarea muy difícil de cumplir.
Entre los comportamientos problemáticos que se manifiestan con frecuencia de manera interna se encuentran:
Baja autoestima. Este aspecto no es fácil de detectar en los niños, este sentimiento puede desarrollar sentimientos de angustia, dolor, indecisión, desánimo, pereza, vergüenza, y otros malestares. El mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños.
Ansiedad. Este desorden puede  ser causado por peligros o presiones reales o imaginarios. Este tipo de comportamiento se presenta en los niños con un deseo de mantenerse quieto y alejados, también pueden sentirse agitados o actuar agresivamente. Suelen ser extremadamente sensibles al fracaso.
La depresión se puede manifestar con sentimientos de dolor, pena, ansiedad, vacío existencial, desesperación, pesimismo, culpabilidad, desprecio, impotencia, pérdida de interés en pasatiempos y/o actividades agradables que previamente realizaba el niño. Puede rehusarse a salir y encerrarse a solas, mostrar mal humor, negatividad resentimiento y a victimizarse.

Probables causas de los problemas de comportamiento
Los factores que pueden motivar los problemas de comportamiento que hemos mencionado, puede tener orígenes muy diversos. Pueden motivarse por problemas del entorno familiar o de la comunidad de la persona. Los menores que conviven en hogares con violencia física o verbal, tienden a desarrollar conductas inadecuadas. Así también tienen influencia los problemas de pobreza, desnutrición, uso de alcohol y/o drogas, la convivencia con compañeros o amigos que exhiben comportamientos inapropiados ponen al niño en riesgo de desarrollar problemas de comportamiento. Ya hemos hablado también de los factores biológicos como la ansiedad, depresión, el TDAH como precursores de problemas de comportamiento.

Los problemas de comportamiento de los menores, como se apunta líneas arriba, deben analizarse cuidadosamente y atenderlos adecuadamente y oportunamente. Si el problema de comportamiento que presenta el menor escapa a la comprensión de los padres, deberán asesorarse con un profesional. Resulta especialmente importante una intervención temprana para identificar el problema antes de que se desarrolle un trastorno de la conducta.


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