
He aquí algunas causas por las que
algunas personas deberíamos acudir por orientación psicológica.
Un problema existe cuando hay una
discrepancia entre lo que está haciendo y lo que le gustaría estar haciendo. Si
usted puede poner las cosas en términos concretos lo más claro posible, de
manera que enseguida, no sólo sabe usted que tiene un problema, sino que ya se
encuentra en camino de resolverlo también, es probable que no requiera ayuda
profesional. A veces, sin embargo, puede haber complicaciones que interfieren
con su capacidad para discernir y resolver sus propios problemas:
1. Podría suceder que, a pesar de sus
buenas intenciones para cambiar las cosas, todavía no pueda hacer ningún
progreso. Es decir, se ha bloqueo inconscientemente. Con la ayuda de un
psicólogo puede superar más de un bloqueo como éste.
2. También podría ocurrir que no se
siente satisfecho con su vida, pero no tiene una idea clara de cuál es el
problema. El psicólogo le ayudará a definir el problema. Una vez que el
problema esté claramente definido, es posible que pueda proceder por usted
mismo, o bien usted podría descubrir un bloqueo inconsciente también.
La buena noticia es que una vez que han
aprendido esta estrategia básica para definir y resolver problemas, es probable
que no necesite más ayuda profesional.
Desafortunadamente, si un problema no
puede resolverse de forma clara y sencilla, puede convertirse en un síntoma. Éste
es una ilusión creada por su inconsciente, que esconde de usted mismo la verdad
de su propia vida. Muchas personas tratan de "deshacerse" de los
síntomas zambulléndose en el trabajo, la diversión, la sexualidad, la comida,
el alcohol o las drogas. Sin embargo, irónicamente, estas cosas sólo pueden causar
más problemas, lo que suele degenerar en otros síntomas. La solución se
encuentra en el trabajo psicológico que sea necesario para hacer frente a los
problemas que existen escondidos en su vida.
Como puede observar, el psicólogo es
una persona que se interesa por su salud y estabilidad emocional, y puede
ayudarle a resolver éste u otros casos que requieran de su pericia. Se
mencionan algunos de los síntomas que indican la necesidad de acudir a un psicólogo:
1. Siente
que no tiene el control sobre su día a día, que todo nos sale mal y que las
cosas no van a cambiar.
2. Experimenta
dolores diversos o tiene ataques de ansiedad (presión en el pecho, aceleración
del ritmo cardíaco, hiperventilación o respiración muy superficial y acelerada, sudoración...). La ansiedad impide la estabilidad, la serenidad, una
conducta tranquila y el goce de los pequeños placeres cotidianos.
3. Le
obsesiona padecer graves enfermedades o contagiarse de ellas le lleva a
conductas extrañas y repetitivas, de las que no puede prescindir sin que su
ausencia le genere ansiedad.
4. No
tiene control sobre sus emociones (llanto, rabia, angustia, tristeza,
desolación, sentimientos de impotencia, desesperanza...). El
estrés empieza a mostrarse a través de: insomnio, problemas digestivos,
cardiovasculares, sexuales...
5. Se
encuentra en una situación límite, que no sabe o no puede resolver (problemas de
pareja, hijos o trabajo). Siente los " nervios destrozados"
y casi cualquier situación hace que pierda el control y sólo responde con
agresividad o llanto.
6. Siente
que las emociones le avasallan y no es capaz de analizar las cosas con
objetividad y actuar inteligentemente. Le atrapan miedos que le impiden salir
a la calle, relacionarse con otras personas, permanecer en un sitio cerrado,
hablar en público, viajar, desarrollar sus habilidades y disfrutar del mundo.
7. Tiene
pensamientos negativos, catastrofistas, obsesiones o fijaciones... que le
impiden vivir la vida con normalidad. Todo lo ve negro o gris y se siente incapaz
de hallar lo positivo en su vida.
8. Piensa
que todo el mundo está en su contra. Su entorno lo percibe amenazante y se siente
solo, incomprendido o desatendido.
9. Le
cuesta trabajo descansar, conciliar el sueño, desconectarse de situaciones, y
no puede vivir la vida con normalidad. La tristeza, la apatía y la falta de
ilusión empiezan a agobiarle y piensa que su vida carece de sentido. Desearía
que la vida se acabara.
10. Se
da cuenta de que fumar, beber o consumir cualquier otra droga, apostar..., se
ha convertido en una adicción de la que no sabe salir y que genera perjuicios
importantes en su vida o en la que de quienes le rodean.
11. Las
dificultades sexuales afloran y vive la angustia que causa la impotencia, la
falta de deseo o de sensaciones eróticas y, sobre todo, la imposibilidad de
gozo y comunicación con la persona destinataria de su amor.
Finalmente, cuando usted sienta que
necesita ayuda en su vida diaria porque no sabe cómo afrontar la situación que
está viviendo, ese es el momento de acudir a solicitar asesoría psicológica. No
espere a que su situación llegue a los extremos.
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