Por: Efraín Pérez
León
El duelo es el proceso de
adaptación emocional al que se enfrenta el ser humano ante una situación de
pérdida. Entre ellos está la pérdida de empleo, de una relación
afectiva o la de un ser querido. Este proceso también se presenta ante la
pérdida de movilidad o por amputación de uno o más partes del cuerpo, sea
genético, por enfermedad o por un evento traumático.
Las etapas del
duelo
La psiquiatra
Elisabeth Kübler-Ross postula cinco etapas en el duelo. Este proceso permite
desarrollar un aprendizaje para aceptar de mejor manera una pérdida.
Cuando una persona
pasa por un evento discapacitante, la familia se involucra en el estado
traumático, ya que sufren ante la “pérdida” de la persona querida en términos
de que ya no será lo que era antes del evento. Esta misma situación se presenta
en los padres de un niño que presenta alguna discapacidad genética.
A continuación, te
explicaremos cada una de estas fases.
La Negación:
Es un mecanismo de
defensa que consiste en rechazar la realidad para amortiguar ese dolor que no
estamos preparados para soportar. El mundo pierde sentido y nos abruma,
invadiéndonos un sentimiento de incredulidad.
La ira:
Al recapacitar
sobre la pérdida, los sentimientos de dolor e ira toman una distinta
intensidad, se dirigen hacia uno mismo o hacia otros. Aparece un sentimiento de
culpa que nos hace sentir más enojados y usamos frases como: “¿Por qué yo?”,
“¿Por qué a mí?” “¡Esto no es justo!” y más. Desahogar toda esa frustración
ayuda a encontrar cierta paz y aceptación. Realizar ejercicios de relajación,
meditación o escribir los sentimientos ayuda a canalizar y calmar esas
emociones abrumadoras.
La negociación:
Esto puede ocurrir
previo a la pérdida. El doliente intenta hacer un trato con un ser superior
para evitar la pérdida a su ser querido. Se ofrece algo a cambio de volver a
esa vida anterior al momento doloroso. Volver el tiempo atrás es un deseo
frecuente para evitar que el accidente o enfermedad sucediera.
La depresión:
Durante esta etapa,
el doliente comprende la certeza de los hechos y se aísla con su dolor. Siente
tristeza, miedo e incertidumbre por el futuro. Surgen frases como: “Extraño
como era mi hijo(a)”, “¿Y ahora, qué va a pasar?” La depresión es una respuesta
normal, y sus emociones son el preámbulo para sanar.
La aceptación:
Buscamos
reconciliarnos con nosotros mismos, hacer las paces con la realidad, con la
pérdida, buscando alternativas que nos permitan seguir viviendo; se llega a un
acuerdo con este acontecimiento trágico gracias a la experiencia de la
depresión. Esto no significa estar de acuerdo con la pérdida, sino aceptar que
será parte de nuestra vida. Permite reflexionar sobre el sentido y lo que
queremos de la vida a partir de ahora.
El tiempo como
aliado en el proceso de curación
Conforme pasan los
días, el protagonismo inicial de la pérdida va menguando; los recuerdos y el
dolor se van alejando y se realiza una evaluación de las condiciones actuales
reconociendo las nuevas fortalezas del individuo con discapacidad.
Se acepta que todos
estamos expuestos a accidentes o enfermedades discapacitantes; que no suceden
por ser bueno o malo, sino que es parte de la vida.
Dependiendo de las
características personales y familiares, el proceso de duelo se vive de
distinta manera.
El duelo ante la
Discapacidad requiere de apoyo psicológico y acompañamiento.
En el Consultorio Psicológico PERLEE, utilizamos la Terapia Cognitiva- Conductual cuya finalidad es la de ser breve.
Llama al móvil 55 1777 3294 o envía un correo a consultoriopicológicoperlee@gmail.com para mayor información o concertar una cita.
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